Salió presurosa comenzaba a hacer frío y no traía mucho abrigo, ajusto la chalina al cuello y enfiló por la calle oscura, porque rompían siempre las aceras? con los tacones que llevaba no podía casi caminar. Había comenzado con las clases de tango, pero no pensó que iban a terminar tan tarde, su amiga no había podido ir así que volvía sola.
Iba susurrando la última canción que había bailado, le gustaba bailar y estaba aprendiendo bien. Sintió pasos detrás suyo un poco alejados, trató de apurarse con tantas noticias de robos esperaba no tener mala suerte esa noche, se acercaban como si corrieran detrás, ella aceleró también, pensó sólo tengo que llegar a la avenida allí hay gente, faltaban cien metros nada mas. Finalmente escucho el golpeteo de los pasos cada vez mas cerca, como una loca se lanzó a correr, se sacó sus zapatos de baile y perdió uno en la desesperación, casi sin aliento con el pelo alborotado los ojos desorbitados por el miedo, llegó a la avenida, mirando de un lado a otro vio un bar y se metió dentro, automáticamente todos se dieron vuelta para verla. La puerta se abrió detrás de par en par y entro el profesor de tango...perdón -dijo-perdiste el zapato trataba de acercarme para acompañarte pero comenzaste a correr...ella se puso rojo tomate y comenzó a reír ...casi me matas de un susto! contesto.
Como príncipe encantado le devolvió el zapato y con cara compungida le dijo -tomamos un café?
Allí comenzaba otra danza....