Preciosa, con su vestido nuevo iba de aquí para allá por el patio, sus cuatro años danzaban al compás de su faldita, su mamá le acababa de cortar el cabello, esos rulos se tendrán que domar!.- decía.
Sola, sus hermanos mayores estaban en la escuela, por lo tanto la casa era suya, podía imaginarse princesa, hada, o jugar a la mamá.
Lili!!! quedáte quieta que tengo que baldear el patio, siéntate en tu sillita y come estas uvas, están muy dulces, pero no te manches el vestido .-
Comenzó a comerlas, realmente estaban dulces, sacaba sus semillas y las tiraba al piso.- No Lili! le dijo, no las tires al suelo recién dejé limpio. Ella miro a su madre y miró las semillas en sus manos, donde las iba a tirar???
Su mamá cantaba, siempre cantaba mientras hacía sus quehaceres, ella para no interrumpirla comenzó a poner esas semillas en su oído, una tras otra, contenta porque no ensuciaba nada.-
La mamá de repente la miró , demasiado silencio pensó y la vio como usaba su oído de basurero, con una exclamación la alzó y miro su oído, imposible sacarlas!!
En la sala del hospital, dividido con sábanas blancas que con el viento volaban cual palomas, el médico le fue sacando las semillas una a una...Que traviesa eres! le dijo sonriéndole.-
Pasaron los años nunca se olvido de aquello, muchas veces piensa que quizás alguna semilla quedó allí...que mágicamente hacía que escuche a su madre cantar....